La educación que brinda nuestro centro atiende a todas la dimensiones de la persona humana – personal, socio comunitaria y trascendente-, promoviendo el desarrollo integral de cada alumno.
Nuestra escuela busca que sus niños y jóvenes logren ser:
- Protagonistas de su formación espiritual, intelectual, física y social, desarrollando distintas potencialidades.
- Respetuosos y responsables.
- Tenaces en el estudio y aliados del trabajo en equipo.
- Reflexivos y críticos.
- Autónomos, con iniciativa y creatividad.
- Alegres y participativos.
- Capacitados para realizar una síntesis entre fe, cultura y vida.
- Comprometidos con las ideas propias y respetuosos de las ajenas.
- Capaces de descubrir la vida como vocación de servicio.
- Promotores de actitudes comunitarias de solidaridad.
- Respetuosos de la vida en todas sus manifestaciones.
- Ciudadanos comprometidos con el bien común.
Para ello, seguimos un estilo pedagógico que:
- Promueve la responsabilidad de todos los actores del centro posibilitando una convivencia de acuerdo con los valores y actitudes del Evangelio.
- Alienta el protagonismo y la participación de los alumnos.
- Sostiene una metodología activa, participativa, que fomenta la búsqueda del conocimiento con espíritu creativo, reflexivo, critico y solidario
- Promueve el trabajo por proyectos que posibilitan el desarrollo de las distintas capacidades de los alumnos.
- Fomenta el trabajo en equipo y otra formas de colaboración como fuentes de solidaridad y enriquecimiento del saber.
- Promueve actitudes sanitarias positivas tendientes al cuidado de la salud.
- Se organiza en función de los cuatros pilares básicos de la educación del futuro: aprender a ser, aprender a hacer, aprender a aprender, aprender a vivir juntos.